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MARINA BORENSZTEIN RECORDO A SU PADRE.

MARINA BORENSZTEIN.
El 11 de enero de 1996 falleció el actor Mauricio Borensztein, reconocido en el mundo artístico por su personaje emblemático, Tato Bores.

Tato llegó a ser nombrado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1992 y su último trabajo en televisión fue "Good show", en Telefe.

Pese a que veraneaba en Uruguay, el cáncer óseo no sólo lo alejó de la actividad artística sino que también ese tiempo debió quedarse en su departamento de la zona de Palermo donde finalmente falleció.

Tato tuvo tres hijos con Berta: Alejandro, Sebastián y Marina. Ésta última recordó a su padre con una linda y extensa carta que publicó hoy en su cuenta de Instagram.

La carta de Marina Borensztein a su papá, Mauricio

Hoy es 11 de enero. Hoy hace 24 años que mi papá, Mauricio, el gran Tato Bores para ustedes, se fue a otro plano. Ustedes dirán por qué no digo se murió, falleció, nos dejó… porque a lo largo de todos estos años tuve y tengo muchas señales de que sigue estando conmigo en modo invisible. Lo siento, hablo con él, me ayuda en muchos momentos. Tal vez ya leíste Enfermé para sanar y conocés el cuento del árbol y mi encuentro mágico con Oscar; o a lo mejor leíste en ese mismo libro el día que lo vi en forma de luz amarilla potente cuando salí de mi segunda cirugía. Me han pasado muchas muchas cosas muy impresionantes para que hoy te diga que papá está en otro plano, en otra dimensión, en otro mundo, pero está. No lo puedo abrazar ni compartir una cena con él, Male y Oscar, cosa que no hemos hecho nunca, pero sigue existiendo en otra forma de manifestación de energía. Al principio lo extrañaba con mucho pesar, me dolía el alma de no tenerlo, pero con los años eso pasó. Hoy los argentinos, que a veces lo siguen escuchando, dicen que papá fue un visionario, que cada vez está más presente, que sigue vigente y se preguntan qué diría si estuviese en la tele.

Pero hoy te quiero contar lo que me pasa a mí como hija, como madre, como mujer: cada vez más lo valoro por haber sido tan buen padre, responsable, adulto, noble, generoso, inteligente, y acepto que todo aquello que no me gustó fue lo que yo elegí para venir a vivir en esta vida. Acepté que tal vez papá no jugó conmigo, pero me enseñó tanto con su ejemplo. También tuve y tengo que desaprender cosas que como siempre te digo forman parte de mi Trabajo Personal para evolucionar. Pero no elegiría otro papá por nada del mundo.

Esto que escribo papá lo sabe, lo siente. Hoy te digo, papá, que tu público te sigue amando y recordando con mucha admiración. Te digo que tu familia te ama y te recuerda todos los días. Que lo hiciste muy bien y que la próxima será mucho mejor. ¡GRACIAS EN NOMBRE DE TODOS!

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Hoy es 11 de enero. Hoy hace 24 años que mi papá, Mauricio, el gran Tato Bores para ustedes, se fue a otro plano. Ustedes dirán por qué no digo se murió, falleció, nos dejó… porque a lo largo de todos estos años tuve y tengo muchas señales de que sigue estando conmigo en modo invisible. Lo siento, hablo con él, me ayuda en muchos momentos. Tal vez ya leíste Enfermé para sanar y conocés el cuento del árbol y mi encuentro mágico con Oscar; o a lo mejor leíste en ese mismo libro el día que lo vi en forma de luz amarilla potente cuando salí de mi segunda cirugía. Me han pasado muchas muchas cosas muy impresionantes para que hoy te diga que papá está en otro plano, en otra dimensión, en otro mundo, pero está. No lo puedo abrazar ni compartir una cena con él, Male y Oscar, cosa que no hemos hecho nunca, pero sigue existiendo en otra forma de manifestación de energía. Al principio lo extrañaba con mucho pesar, me dolía el alma de no tenerlo, pero con los años eso pasó. Hoy los argentinos, que a veces lo siguen escuchando, dicen que papá fue un visionario, que cada vez está más presente, que sigue vigente y se preguntan qué diría si estuviese en la tele. Pero hoy te quiero contar lo que me pasa a mí como hija, como madre, como mujer: cada vez más lo valoro por haber sido tan buen padre, responsable, adulto, noble, generoso, inteligente, y acepto que todo aquello que no me gustó fue lo que yo elegí para venir a vivir en esta vida. Acepté que tal vez papá no jugó conmigo, pero me enseñó tanto con su ejemplo. También tuve y tengo que desaprender cosas que como siempre te digo forman parte de mi Trabajo Personal para evolucionar. Pero no elegiría otro papá por nada del mundo. Esto que escribo papá lo sabe, lo siente. Hoy te digo, papá, que tu público te sigue amando y recordando con mucha admiración. Te digo que tu familia te ama y te recuerda todos los días. Que lo hiciste muy bien y que la próxima será mucho mejor. ¡GRACIAS EN NOMBRE DE TODOS!
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