Completamente decidida, Mercedes (Leonora Balcarce) se dispone a echar a Tato (Damián de Santo) como manager del club y coordinar ella misma el préstamo del Chiqui (Nicolás Cabré) al Cristal.
No obstante, el empresario buscará mantener su poder apelando a un golpe bajo: amenaza al futbolista con revelar la participación de Mía (Romina Gaetani) en la muerte de Vanina y así enviarla a prisión.
El crack, entre la espada y la pared, deberá decidirse entre apoyar a la presidenta de su club o protege a la mujer que lo desvela.
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