CONRAD MURRAY Y MICHAEL JACKSON. |
El tribunal determinó que el profesional fue encontrado culpable y podría ser condenado con la pena de hasta cuatro años de prisión.
En la mañana de hoy, los doce miembros del jurado habían anunciado que alcanzaron un veredicto sobre la responsabilidad del médico en el fallecimiento del cantante, el 25 de junio de 2009. El jurado llegó a un acuerdo unánime y notificó el final de sus deliberaciones al tribunal.
Las deliberaciones comenzaron el pasado viernes 4 de noviembre y los doce miembros del jurado sólo necesitaron diez horas para acordar el veredicto. El juicio se venía desarrollando desde el 27 de septiembre, más de dos años después del deceso del artista.
Antes del veredicto, la Fiscalía había considerado que Murray cometió una "flagrante negligencia" y lo señalaban como responsable de haberle dado al artista una dosis letal y abandonar a su paciente en la habitación para atender llamadas telefónicas mientras el artista fallecía sin supervisión.
Por su parte, la defensa insistió en que fue el propio Jackson, al que describieron como un adicto al propofol, quien en un descuido de su médico se inyectó el fármaco que lo mató.
También para defenderse, Murray había declarado en el juicio que Jackson tenía otros médicos que le recetaban medicamentos, como el prestigioso dermatólogo de Beverly Hills, el doctor Arnold Klein, al cual asistía tres veces por semana.
En esa oportunidad, en una entrevista a la policía, el médico acusado dijo que el equipo de producción del cantante le dijo que “su peor día en el set era cuando había ido a la oficina del doctor Klein”.
Entre tantas revelaciones que se hicieron en el juicio en Los Angeles, se dijo que Michael Jackson estaba casi ciego, casi nunca comía bien y tenía problemas para orinar e incluso a veces se hacía encima.
Otra de las revelaciones que impactó a la opinión pública fue una foto del artista notoriamente maltrecho en una camilla, minutos antes de morir. También se dio a conocer una grabación realizada en mayo de 2009 por Murray, en la que se escucha la voz de un Jackson notablemente aturdido y presuntamente bajo los efectos de alguna sustancia.
Por su parte, un testigo clave, el asistente personal del “rey del pop”, Michael Amir Williams, había testificado que poco después de que el cantante fuera declarado muerto, Murray le pidió que lo llevara de regreso a la mansión de Jackson para ocuparse de una sustancia cuya existencia no debía salir a la luz.
Al momento de su muerte, Jackson tenía una vía intravenosa para suministrarle medicamentos para ayudarle a dormir, una sonda para recoger su orina y un tubo nasal para darle oxígeno.
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