"El Alzheimer afecta al entorno todo de quien la padece. Es tremendo lo que se vive en la intimidad familiar. Principalmente en el inicio de la enfermedad. Porque nadie sabe bien cómo atajarla. De repente se enojan, intentan agredirte", detalló.
"Recuerdo cuando la llevamos a la clínica para una cirugía que necesitaba. Gritaba: '¡Quieren secuestrarme! Soy la mamá de Lapegüe. ¡Me secuestran!' ¿Sabés qué angustiante se hace?", contó.
"En el inicio, el único teléfono que se acordaba era el mío, entonces me llamaba a cada rato: '¡Quiero morirme!', me decía. Y por ahí yo estaba al aire. Entonces terminaba el noticiero como podía y salía volando… ¡Es tremendo, realmente tremendo!", agregó.
Por otro lado, habló sobre cómo se encuentra su mamá actualmente: "No habla. No se mueve. Pero encontramos un punto de conexión maravilloso en la música". Y reveló: "De hecho, mamá siempre fue fanática de mi banda. Venía a los shows, se ubicaba bien adelante y alentaba: '¡Bravo, bravo!'".
"El otro día estaba enojada. Así que decidí ir a tocarle el piano. Y mientras yo tocaba, canciones inventadas o alguna melodía de blues aprendida de niño, acercaron su silla de ruedas para que escuchase. Y al verme, empezó a marcar el ritmo con el pie. Levantó su mano y dijo: '¡Sergio!'. No pude contenerme. Tocaba y lloraba. Yo, lloraba. Muchísimo. ¡Claro, estaba haciendo algo que hacía cuando era pibe! Pero cuando me acerqué, no me reconoció", confesó con lágrimas en sus ojos.
"Estoy convencido de que la música sana. ¡Sana! Tiene el poder de llevarnos. De transportarnos a momentos, emociones, personas. Por eso, en la radio (Atardecer de un día agitado, La 100), le doy tanta importancia. Para que quien nos escucha regrese a casa bien abrazado", agregó.
Sergio Lapegüe no solo enfrenta la enfermedad de su madre con amor y paciencia, sino que también convive con la incertidumbre de lo que pueda depararle el futuro a él y a sus hermanas. "¿Qué pasará conmigo? ¿Y con mis hermanas? ¿Esto sigue?", se preguntó con preocupación, aludiendo al temor que genera el Alzheimer en quienes tienen antecedentes familiares.
Posteriormente, el periodista explicó que comenzó a notar ciertos olvidos que lo alarmaron en una parte de su vida. "Después del COVID, yo empecé a olvidarme nombres... ¡Pero nombres importantes! Me puse como loco", admitió. Si bien los médicos le aseguraron que se trataba de una consecuencia del estrés postraumático, la inquietud no desaparece. "Aun así, la duda existe", aclaró.
Para mantener su mente activa y tratar de prevenir cualquier deterioro cognitivo, Lapegüe incorporó una rutina de estimulación mental. "Yo estoy jugando al ajedrez todos los santos días como para obligarme a ejercitar el cerebro", contó.
"Hace poco me enganché en un torneo mundial. A determinada hora dejo todo lo que estoy haciendo para dedicarme a eso. Lo mismo mis hermanas, una de ellas está obsesionada con los rompecabezas. Sí, estamos preocupados… ¿Y si nos toca?", se volvió a preguntar.
Finalmente, Sergio Lapegüe terminó de hablar de su madre muy conmovido y afirmó: "Entendés que la vida es aprendizaje. Uno va aprendiendo a aceptar y a convivir con lo que nos toca".
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