ESPERANZA MIA. |
“Si no tener memoria me asegura tenerte…te juro que no quiero recuperarla nunca”.
La exnovicia se muestra extasiada pero, a la vez, intenta manejarse con cierta cautela: su amado sigue siendo un Obispo.
Sin embargo, la atracción vencerá toda barrera: ambos compartirán una noche soñada, apartados de todo y de todos.
Miradas candentes; abrazos interminables; besos apasionados. La piel que se eriza ante cada contacto… en ese instante mágico, Tomás y Esperanza se entregarán a la pasión…
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