En realidad ni se entera. Sólo se prepara para volver con su nuevo CD con baladas inéditas.
Una estrategia de marketing, en definitiva.
Por un lado, mejor.
Un rancho en California primero, las islas Fidji después y ahora su mansión en Los Angeles. Parece que mientras la prensa inventa versiones, Luis Miguel está desde fines de abril de vacaciones matándose de risa de todo lo que se dice de él.
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