FABIO ALBERTI TIENE UN PUESTO DE HAMBURGUESAS.

FABIO ALBERTI.

Sí, hola... eh, sos Fabio Alberti. ¿Qué tenés en el menú del día?
-Te recomiendo la "Boluda total". 
Tal cual, el humorista se puso un carrito-bar móvil y cuenta cómo terminó poniéndose un trailer de comida rápida en San Isidro. 
Obivamente en el menú están los nombres de sus personajes, así tal cual te encontrás con "boluda total", que viene con queso y opcional panceta o huevo; Coty Nosiglia, o la salsa Peperino Pómoro.  
Es sábado por la noche y el Puesto de Fabio explota de gente, justo cuando está a punto de ser entrevistado por un portal porteño del mundo del espectáculo porteño.
Sobre si lo puede llevar a la Costa Atlántica para la temporada de teatro, la respuesta es un rotundo "no, el carro queda acá. No puede salir porque no hay legislación para que los carros estén en la calle en provincia (de Buenos Aires). Nosotros estamos acá adentro porque es un predio habilitado como restaurante, y bueno el carrito acá es una fachada".
Sobre cómo surgió la idea del "restó", detalló: "El primer día que lo puse (el 18 de enero de este año) lo puse en la vereda, vino la municipalidad y se lo quiso llevar. Hice todo lo posible para que no me lo incautaran y al día siguiente ya empezó a funcionar adentro. La idea la tuve hace diez años, yo ya tuve un puesto de chorizos, siempre quise vender choripanes. Aunque ahora sean hamburguesas".
"A mí me gusta la belleza, y la encuentro en un montón de cosas: En la pintura, en un asado, en una fiesta, en la actuación, en una planta, en sembrar un árbol. Entonces ¿por qué me voy a limitar a hacer una sola cosa? A ver… Te muestro, esto lo compré yo (señala un adorno colgado en la una de las luces que iluminan el lugar), es un bebedero y yo voy y le pongo azúcar y agua para que vengan los picaflores a comer. Soy el creador del cabe-Chic", bromeó.
Pero también tiene su momento serio en esa entrevista y dispara: "En la tele no encuentro belleza. Así la belleza como belleza (remarca la “ll” como “y”) no".

Sobre sus inicios contó: "No hacía nada y de casualidad un amigo que daba clases de teatro me invitó, me gustó y a partir de ahí me picó el bichito… Me hinché todo y empecé a tomármelo más en serio".