Y es por eso que Fort estuvo anoche en el Colón. Como siempre, por la plata. La mamá pidió que le den dos entradas a su hijo y se las dieron. Mérito suficiente para compartir una velada en la que se notó que invitaba Mauricio Macri y nadie más. Porque muchos comentaron que parecía más la Alfombra Roja de los Martín Fierro que la de una gala de apertura de un Centro Cultural como el Colón.
No porque Fort no tenga derecho a ir. De hecho, si es por eso, hubieran sorteado las entradas entre los que se hubieran anotado en una página de internet para estar en esa primera noche (no hubiera sido mala idea, al menos democrática). Lo vergonzoso fue que encima fue con sus famosos custodios que anduvieron por el foyer mientras él veía la función.
De qué había que protegerlo adentro del Teatro. No podían esperarlo en el auto y volverlo a buscar.
En fin, cada gestión se distingue por sus invitados. Basta ver los que estaban ayer para entender la de Macri.
La familia Fort tiene palco en el Colón. Desde hace años pone mucho dinero en el Teatro, ayudando incluso a la Fundación del mismo. Todo muy loable.
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