EL MARGINAL 2. |
Además, Antín (Gerardo Romano) es visitado por un par de policías que saben que en la cárcel funciona el call center. Le piden dinero a cambio de postergar el allanamiento, hasta que el jefe del penal pueda desmantelarlo. Pero el Sapo (Roly Serrano) paga la coima para que los dejen en paz y otra vez se niega a desarmarlo.
Emma (Martina Gusmán) se entrevista con Patricio (Esteban Lamothe), quien le cuenta que el marido de Camila (Paula Cancio) la golpeaba y que iba a matarla si no hacían algo. Le pregunta también si el hijo que Camila espera es de él. Después recibe a ‘El Cuis’ (Diego Cremonesi), que le pide ayuda para librarse del Sapo, porque lo humilla y lo obliga a cantar como si él fuera su radio.
Emma descubre que un guardia tiene sexo con Ana, la prostituta joven, y considera denunciarlo. Ana corta las ruedas del auto de Emma y le dice que no se meta más en su vida, porque por su culpa, ha tenido problemas en el penal. Emma le pide ayuda a Rita (Verónica Llinás) para remolcar su auto, pero esta debe irse rápido porque tiene que transportar las palomas mensajeras del Sapo. Rita tiene deudas de juego y problemas con su madre enferma, y esto la ha llevado a dejarse corromper por los negocios sucios de San Onofre.
El Sapo cancela todas las visitas del día y ambienta la sala de visitas como salón para el cumpleaños de 15 de su hija. Invita a Patricio, su médico, aunque está resentido porque Patricio rechazó su oferta de mudarse a su pabellón. Durante la fiesta, el Sapo obliga al Cuis a grabar un denigrante videoclip con su hija. Y los presos de la cocina sirven empanadas.
Antín y Borges comienzan su sociedad para destronar al Sapo. A pedido de Antín, los guardias despejan el camino y la banda de Borges destruye el call center. Uno de los presos del call center irrumpe en la fiesta de 15 y le cuenta al Sapo lo que ocurrió. El Sapo descarga su ira en Patricio y lo amenaza de muerte, porque asume que los culpables fueron sus amigos del patio.
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